Rob Pollard: Sergio Agüero, julio de 2011
La llegada de Sergio Agüero marca en mi opinión un gran punto de inflexión en la historia del City.
Después de haber ganado la FA Cup –el primer título en 35 años– y de lograr la clasificación para la Liga de Campeones era momento de dar un paso adelante y pelear por el título de liga.
Agüero demostró durante su etapa en el Atlético de Madrid ser uno de los mejores delanteros jóvenes del fútbol mundial. Marcó 74 goles en 175 partidos en España y el año anterior había protagonizado una gran actuación ante el Fulham en la final de la Europa League.
Se trataba de un jugador del calibre que el City necesitaba. Valiente, persistente en la búsqueda del gol y con un ritmo abrasador.
Fue percibido como una declaración de intenciones. El City progresaba rápidamente pero todavía no era un candidato. Y quería más. Al término de su primera temporada, Agüero marcó el gol más famoso de la historia de la Premier League, que llevó al club al primer título en 44 años. Otra liga llegó dos años después, con un título de la Copa de la Liga entre ambos.
Ya suma 169 goles en 253 partidos y está cerca de convertirse en el máximo goleador de la historia del club. Necesita solo nueve para alcanzar la primera plaza de Eric Brook.
Un jugador increíble y un fichaje de altura.
David Clayton: Carlos Tévez, julio de 2009
Sinceramente, hay muchos jugadores para elegir. Yaya Touré, Sergio Agüero, David Silva, Pablo Zabaleta… la lista es interminable. Pero nos han mandado una tarea y me quedo con Carlos Tévez.
Tévez jugó cada partido como si fuera un niño, luchando para encontrar una salida del duro barrio de Buenos Aires en el que nació. Fue el catalizador para convertir el City en un equipo campeón con su ferocidad y su espíritu irreductible.
Puede que se trate de un cliché, pero Tévez jugó como cualquier seguidor del City se imagina a sí mismo jugando con la camiseta que quiere, luchó con vigor, dando todo lo que tenía en cada partido. Fue puro placer verle jugar.
Marcó toda tipo de goles imaginables, de primera clase. Tévez era el arquetipo de delantero total, un guerrero, un líder, un futbolista fantástico que con sus 73 goles en 48 partidos escribió un testamento memorable a sus cuatro temporadas.
Controvertido, puro corazón y pasión. También un enigma envuelto en un halo de misterio. ¡Pero que futbolista!
Caroline Oatway: Robinho, septiembre de 2008
Último día del mercado: Rumores, fax, ventanas de coches… y una llamativa sombra amarilla. En septiembre, cuando en la famosa barra amarilla se podía leer “El Manchester City firma a Robinho” aficionados de todo el mundo quedaban boquiabiertos.
“La gran sensación del mercado de fichajes", comentaba al presentador mientras las cámaras enfocaban el estallido de júbilo de los seguidores congregados a los aledaños del Etihad Stadium a la espera de noticias.
Ese mismo día el club había sido adquirido por el Abu Dhabi United Group y las acciones fueron inmediatas. El City se hizo con la estrella del Real Madrid por una cantidad record en el fútbol británico.
Simplemente fue “increíble”.
A mis 17 años corrí hacia la cocina y le comuniqué las noticias a mi padre, que estaba fregando los platos, que me dijo: “deja de hacer el tonto”. Literalmente, le arrastré hasta el salón y le enseñé la pantalla. Su expresión fue exactamente la misma que la mía cuando leí la noticia por primera vez de principio a fin… luego la sonrisa inundó su cara, agitó mínimamente la cabeza y lo único que pudo decir fue “wow”.
Por primera vez como seguidora del City el futuro se asomaba brillante y azul. ¡Azul brillante! ¿Quién sabía lo que podía pasar en los próximos meses y los próximos años? Su debut, aunque acabara en derrota, fue memorable. El brasileño rompió el cerrojo con un sublime lanzamiento de falta contra el equipo con el que había sido vinculado durante todo el verano. El Etihad estalló, el ambiente destilaba excitación y alivio.
Un hat-trick llegó al cabo de poco y el nuevo fichaje asombraba con cegadoras actuaciones repletas de estilo, clase y un toque de samba. La campaña 2008/2009 terminó sin pena ni gloria para el City, pero Robinho acabó como máximo goleador del equipo con 14 goles.
Su segunda temporada, marcada por las lesiones, redujo las expectativas. Regresó al equipo de sus orígenes, el Santos, en enero, antes de firmar por el Milan en verano.
A pesar de que Robinho no tuvo el impacto esperado su fichaje impactó en el mundo del fútbol y fue toda un declaración de intenciones del City que volvía a estar entre los grandes y con los éxitos esperando a la vuelta de la esquina.