Irlanda puede que se quedase fuera de Rusia 2018 tras una dolorosa eliminatoria de repesca ante Dinamarca, pero el equipo de la Isla Esmeralda cuenta con una rica historia en los Mundiales.
La de 1990 y la de 1994 fueron sus mejores participaciones. Sin dudas. En Italia, bajo la batuta de Jack Charlton, Irlanda alcanzó los cuartos de final con Niall Quinn, atacante del City, jugando un papel fundamental.
Quinn llegó a Manchester en marzo desde el Arsenal, y en el último partido de la fase de grupos anotó el gol del empate ante los Países Bajos para garantizar un puesto a los hombres de verde en los octavos de final. Allí esperaba Rumanía.
Tras los 90 minutos, ningún equipo fue capaz de marcar. Tampoco en el tiempo extra, por lo que la eliminatoria se decidió en una tensa tanda de penaltis. 5-4, e Irlanda se enfrentaria a la anfitriona en los cuartos de final.
Ahí fue donde acabó el sueño irlandés. El gol de Toto Schillachi en la primera parte fue decisivo.
Cuatro años más tarde en Estados Unidos, Irlanda tuvo la revancha en la fase de grupos, venciendo a Italia por 1-0. El lateral del City Terry Phelan fue parte del equipo que derrotó a la selección azzurra en Nueva York gracias al gol de Ray Houghton. Alan Kernaghan, también jugador sky blue vio el encuentro desde el banquillo.
Pese a la derrota por 2-1 ante Mexico en el siguiente partido, un empate a cero con Noruega bastó a Irlanda para colarse en octavos de final. Los Países Bajos terminarían, en Florida, con el viaje de Phelan y compañía al derrotarles por 2-0.
En 2002, en Corea del Sur y Japón, Irlanda volvió a participar en una Copa del Mundo. Y volvió a hacerlo con representación cityzen: Mick McCarthy, el seleccionador, había vestido la camiseta del City; como también lo había hecho el ya mencionado Niall Quinn, el central Richard Dunne todavía lo hacía, y el guardameta Shay Given también jugaría para el Manchester City en el futuro.
Irlanda, pese a la polémica creada por la salida de Roy Keane de la convocatoria, volvió mostrar una buena imagen en la escena internacional. Empató 1-1 con Alemania y Camerún antes de ganar por 3-0 a Arabia Saudí, y así garantizarse un puesto entre las 16 mejores selecciones del mundo.
Fue España quien acabó con el sueño irlandés en esta ocasión. Lo hizo con sufrimiento, eso sí. El empate a uno durante el tiempo reglamentario forzó a que la eliminatoria se resolviese, con tensión, en la tanda de penalti. Los españoles se impusieron por 3-2.