El centrocampista del City también es determinante en los éxitos de su selección

Es justo decir que el sueño de Rodrigo Hernández Cascante siempre fue vestir algún día la camiseta roja de España.

¡Y parece que siempre estuvo destinado a jugar la Eurocopa, ya que nació el día en que Inglaterra venció a España en los penaltis en la Eurocopa 96!

Ahora, el destino ha vuelto unir a España e Inglaterra en para la final de Berlín del 14 de julio.

Después de vencer a Francia por 2-1 para asegurarse un lugar en la final, Rodrigo se encontrará cara a cara con sus compañeros del City Kyle Walker, John Stones y Phil Foden en el partido decisivo.

Nacido en Madrid el 22 de junio de 1996, Rodrigo se ha convertido en uno de los futbolistas que mejor interpretan el juego.

Desde temprana edad, tuvo una idea muy definida de su papel y estilo de juego, sin importar el nivel de edad en el que se encontrara, manteniendo profundas conversaciones tácticas con entrenadores y otros jugadores destacados.

“Eso no es normal en un chico de su edad”, recordó una vez su entrenador del Atleti sub-12, Fran Alcoy. “Era muy hábil tácticamente. Era sorprendente que pudieras decirle algo y no necesitarías explicárselo de nuevo. Se podía ver que lo entendía completamente. Nunca había entrenado a un jugador como él”.

En esa época, Rodrigo observaba a quienes más lo inspiraban en la selección nacional, aprendiendo y absorbiendo lo que podía del mejor equipo que jamás había producido La Roja.

No podía saber entonces que algún día se hablaría de él al mismo nivel que el de los héroes que una vez estudió y a los que aspiraba emular.

“En 2008 estaba viendo a Marcos Senna, Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Santi Cazorla”, ha explicado Rodrigo.

“Ellos fueron los que impusieron en el equipo ese estilo ganador, un estilo que evolucionó y le ganó a España un Mundial y dos Eurocopas. Observé especialmente a Sergio Busquets. Él y otros establecieron un modelo de juego que sabía que debía seguir”.

“Cuando era niño me interesaba más entender el fútbol que disfrutarlo. Estaba interesado en cómo funcionaba. Vi muchos partidos, mi familia estaba harta de eso y podía juzgar lo que pensaba un jugador. Intenté agregar eso a mi juego; Pude ver que si entendía el juego tendría una ventaja, especialmente a una edad temprana cuando pocos jugadores tienen esa comprensión conceptual”.

A pesar de su inteligencia y madurez, no tuvo continuidad en el Atlético de Madrid a los 17 años debido a que, según se informó, tenía una falta de altura y fuerza física que se creía que lo ponía en desventaja respecto a sus compañeros de equipo.

El físico de Rodri no desanimó al Villarreal, que lo adquirió en 2013.

En ese momento, había representado España un par de ocasiones en la categoría sub-16, sin ser un fijo en las llamadas de las categorías inferiores españolas.

Pero a medida que progresaba con Villarreal B, fue convocado para la sub-19, sumando ocho partidos junto a jugadores como Dani Ceballos y Marco Asensio cuando los españoles se coronaron campeones de Europa sub-19 de 2015.

Poco a poco, ascendió al primer equipo del Submarino Amarillo y ganó más reconocimiento con la selección española sub-21 en 2017, sumando seis partidos internacionales más. De hecho, en el Villarreal lo apodaron “Bruno Xiquet” (el pequeño Bruno) debido a las comparaciones con la leyenda del club y compañero mediocampista defensivo Bruno Soriano, uno de sus héroes de la infancia.

Albert Celades, ex seleccionador de España sub-21, hizo debutar a Rodrigo.

“Para alguien de su tamaño, es muy rápido con ambos pies, lo que le permite sacar el balón cuando está bajo presión. Hace las cosas difíciles con sencillez. Como Busquets, tiene esa intuición que le permite estar bien posicionado, saber hacia dónde va una jugada y estar ahí para coger el balón”, declaró Celades.

Las comparaciones Rodrigo y el mediocentro del Barça continuarían a lo largo de su incipiente carrera. “Todo el mundo le señala como una especie de Busquets, un portento físico de 1,90 que no deja escapar un balón, distribuye con criterio además de contribuir a las jugadas a balón parado”.

En marzo de 2018, la trayectoria ascendente de Rodrigo continuó cuando debutó con la selección absoluta contra Alemania, reemplazando a Thiago Alcántara, quizás un suave guiño a su futuro rol en el equipo.

Había añadido potencia y unos centímetros más de altura durante ese tiempo, convenciendo al Atleti de regresar a por Rodrigo con un traspaso alrededor de los 25 millones de euros con el Villarreal en 2018, para llevárselo de nuevo al Metropolitano.

Jugó casi todos los partidos con el equipo de Diego Simeone la temporada 2018-19, disputando 47 encuentros.En ese momento ya había llamado la atención de varios conjuntos tanto en España como en el extranjero, en particular el Manchester City, que había identificado al centrocampista como un heredero al puesto de Fernandinho. Si el Barcelona, ​​del que se rumoreaba que había mostrado, había pensado lo mismo en un futuro sucesor de Busquets, lo habían dejado para demasiado tarde.

Aunque había firmado un contrato de cinco años con el Atleti, el City activó su cláusula de rescisión y se dirigió a Manchester para continuar su carrera con el City, tomando la camiseta con el número 16 que alguna vez fue propiedad de otro ex del Atleti, Sergio el ‘Kun’ Agüero.

“Rodri ha demostrado ser un centrocampista joven y de gran talento, que tiene todos los atributos que buscamos.

“Trabaja duro en defensa, está disponible para recibir el balón y lo utiliza bien cuando está en posesión. Encaja perfectamente en el equipo de Pep Guardiola y estamos seguros de que será un éxito”, declaró entonces Txiki Begiristain, director de fútbol del City.

Palabras proféticas.

Rodri hizo su debut en el City ante el West Ham en 2020 y fue aprendiendo gradualmente el estilo de Guardiola y estudiando a Fernandinho y sus importantes habilidades como mediocampista de contención.

Con 53 partidos durante su primera campaña en el City en 2020/21, Rodrigo parecía un candidato seguro para ser incluido en el equipo de España para la Eurocopa 2020. Lo fue y el equipo de Luis Enrique alcanzó las semifinales en la que cayó ante la Italia campeona de Roberto Mancini.

En ese partido, comenzó como suplente, reemplazando a Koke en el minuto 70, pero finalmente no pudo evitar que los azzurri ganaran el partido en los penaltis en su camino para hacia el título ganado contra Inglaterra.

Busquets seguía siendo el mediocampista titular de España en el Mundial de 2022 con Rodrigo utilizado en la defensa central, pero era un equipo en transición, tratando de encontrar una nueva identidad.

Cuando Marruecos eliminó a La Roja en octavos de final la etapa de Luis Enrique al frente del equipo llegó a su final.


Luis Enrique fue reemplazado por el ex técnico de la selección juvenil de España, Luis de la Fuente, quien había pasado casi una década entrenando a las selecciones en las categorías sub-19, 21 y 23, ganándose una reputación por jugar un fútbol elegante y basado en la posesión.

Y un jugador que conocía particularmente bien era Rodrigo, con quien trabajó desde los 16 años durante la mayor parte de su tiempo entrenando a los jóvenes de España.

El éxito de la Liga de Naciones 2022/23 contra Croacia fue el impulso perfecto hacia la Eurocopa 2024.

Rodrigo es ahora vice-capitán de España y se ha vuelto insustituible en el equipo de De la Fuente que parece contener el equilibrio perfecto entre juventud y experiencia.

En el centro de todo está el ‘16’ del City, dirigiendo el espectáculo con la habitual excelencia discreta a la que los seguidores celestes se han acostumbrado.

Y con sólo 28 años y 55 partidos internacionales disputados hasta el momento, la aventura internacional de Rodri se prolongará durante años...