“Empezás a ver un partido, otro y sin darte cuenta tenés camisetas, seguís al Manchester City, sufrís y le gritás a la televisión”. La historia de Esteban, más conocido como “Beck”, comenzó hace más de 10 años. A diferencia de otros hinchas, el inicio de su relación con el City no está ligada a un jugador: “Todo esto viene por la rama musical, ver a los Oasis tan fanáticos te da curiosidad. Ellos me gustan hace 15, 16 años y cuando fui entendiendo más la cultura británica me fui abriendo un poco más”.
A pesar de vivir en un país tan futbolero, el oriundo de San Antonio de Padua está enfocado en la Premier League y en el club de sus amores: “Lo mío es 99% City, 1% fútbol argentino. Es difícil que otra persona entienda el amor que le tenés a un club de más de 11.000 kilómetros, pero mi familia y mi novia ya saben cómo es, si juega el City siempre se ve. Es más, hasta veo al Manchester United y Liverpool para que pierdan”.
Su fanatismo es tan fuerte que planificó viajes a Río de Janeiro y San Pablo para ver los trofeos de cerca y conseguir fotos con algunos de sus ídolos: “Tuve la posibilidad de viajar. Cuando el City fue campeón hizo una gira mundial y aproveché para ir a Brasil. Pude estar con jugadores y me saque fotos. Ahí me contacté con fanáticos de otros países”
Si bien tiene muchos tatuajes, hay uno más que especial para él: “Tengo nombres de calles, bandas, cuadros ingleses y el escudo del City en el brazo. También estoy pensando en hacerme algo más, puede estar relacionado con Maine Road”.
Sergio Agüero, Yaya Touré, Kevin De Bruyne y David Silva son los máximos ídolos del argentino de 36 años y mientras recordaba los goles que más disfrutó, no dudo en aclarar: “Me pongo a pensar y se me pone la piel de gallina. Tengo presente el que le hicimos a Tottenham, por la Champions League. Tiré una silla, sin querer pisé al perro y después lo anularon. El tiro libre de De Bruyne al Barcelona me encantó, otro de Yaya contra Aston Villa que se pasó a varios rivales e hizo un golazo y el de Kompany contra Leicester que había que ganar o ganar”.
“Me encantaría ver un derbi, aunque no sé si lo aguanto”, comentó entre risas y explicó que se volvió imprescindible para él tener ropa u objetos “Cityzens”: “Camiseta, pantalones, remeras, buzo, gorrito, camperones. Llega la nueva temporada y tengo que tener la nueva camiseta, lo tengo que tener. Todo lo que sea del City me gusta”.
ANÉCDOTA DE SU VIAJE A MANCHESTER
“Cuando estuve en Londres me tomé un tren para Manchester. Lo que más me importaba era ir a Manchester. En un momento me doy vuelta y a lo lejos vi la cancha del City. Fue como cuando esperas algo por mucho tiempo y de repente llega. Me bajé del tren con mucha emoción, parecía un nene. Voy a la calle, pido un taxi y cuando voy a agarra la billetera me doy cuenta que me la había olvidado en el tren. Ya había bajado de la estación y me puse blanco. Tenía el pasaporte, plata, documentos, de todo. Vuelvo corriendo, pude entrar otra vez al tren que estaba todo lleno de gente y cuando llego hasta donde estaba sentado yo, vi la mochila. Me la puse y ahí arranco mi osadía en Manchester”
SU SENSACIÓN AL ENTRAR AL ETIHAD STADIUM
“Estar compartiendo eso con fanáticos ingleses, gritando, cantando no tiene precio. Subiendo las escaleras, miré para atrás y vi cómo la gente subía, fue hermoso. Ver las instalaciones y mientras vas llegando pensar ‘yo esto lo veía solo por la televisión y ahora estoy pisándolo’. Son cosas que no tienen precio, te llena el alma y el corazón, es único”.