Entonces en tercera división, el dramático ascenso de 1999 abrió el camino del regreso a la Premier League y todos los éxitos que llegaron desde entonces

1999. El City estaba en tercera división y caía 2-0 en la final del play-off de ascenso jugada en Wembley. En poco más de cinco minutos obró el milagro con dos tantos, llevó el partido al tiempo extra y alcanzó la promoción en los penaltis. Un año más tarde estaría de nuevo en la Premier League, que ya no abandonaría jamás. El resto, hasta el día de hoy, es historia.

Casi un cuarto de siglo después, la final jugada ante el Gillingham es considerada uno de los momentos más determinantes de la historia del Club. Una victoria sin la que sería impensable todo lo vivido desde entonces.

Sergio Agüero e Ilkay Gündogan, autores de goles agónicos, que completaron remontadas milagrosas en los día más trascendentales, y Rodrigo, de cuyas botas quizá salió el gol más importante de todos los tiempos para el City, comparten un lugar en la historia del Club junto a Paul Dickov, el héroe de la final de 1999.

El City, que se había unido a la Football League en 1892, se encontró jugando aquella temporada 1998-99, por primera vez en su historia, en la tercera categoría del fútbol inglés.

El 19 de diciembre de 1998, después de perder en el campo de York City ante 7.527 espectadores, el equipo cayó en duodécimo puesto de la tercera categoría inglesa. Nunca antes había estado, ni volvió estar tan abajo. Sin embargo, pudo reconducir el rumbo en el segundo tramo de la temporada.

En la lucha por ascender a la entonces conocida como First Division, ahora The Championship, había finalizado tercero en la liga, por detrás de Fulham y Walsall, y alcanzado la final del play-off de ascenso tras superar al Wigan en la eliminatoria previa.

La final de Wembley entró a los diez últimos minutos sin goles en el marcador. Entonces, se precipitaron los acontecimientos. El Gillingham se puso por delante en el 81’ con un tanto de Carl Asaba y en minuto 87’ Robert Taylor parecía propiciar a la el golpe definitivo con el 0-2.

El gol de Kevin Horlock en el 90 se presuponía una mera consolación más que un halo de vida y esperanza al que aferrarse. Hasta el arquero del Gillingham, Vince Bartram, fue nombrado Man of the Match por la megafonía del estadio.

Pero la fe y la convicción tuvieron su recompensa cuando Paul Dickov encontró la red en séptimo minuto del añadido, para mandar el encuentro a la prórroga y sin goles en el tiempo extra, a los penaltis.

Dickov fue el único lanzador del City que no anotó desde los once metros. ¿Pero quién se acuerda de esto? La historia le tenía reservado un lugar especial y Nicky Weaver se encargó de que así fuera al detener hasta dos lanzamientos del Gillingham.

En aquel equipo dirigido por Joe Royle, además de Dickov y Weaver, figuraban otros nombres que permanecen todavía en el imaginario de los aficionados como héroes de culto. Andy Morrison, Michael Brown, Shaun Goater, Ian Bishop o Gareth Taylor, actual técnico del primer equipo femenino.

En mayo de 1999 el City escapaba de la tercera división mientras su rival ciudadano conquistaba el Triplete en un encuentro de desenlace similar al de Wembley en Barcelona, ante el Bayern de Múnich.

Desde entonces siete títulos de la Premier League, una Copa de Europa, dos Copas de Inglaterra, seis Copas de la Liga, una Supercopa de Europa y tres Community Shields han convertido al City en uno de los grandes referentes del fútbol mundial.

En 2023, y gracias a aquel agónico gol de Paul Dickov, el Triplete es ahora del City y Manchester es azul.

Paul Dickov es la leyenda del City invitada en la parada en Argentina de nuestro Treble Trophy Tour los días 8, 9 y 10 de febrero.

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