No se pudo remontar el 0-3 de la ida ante el Liverpool, y el Manchester City quedó apeado de la Liga de Campeones.

No se pudo remontar el 0-3 de la ida ante el Liverpool, y el Manchester City quedó apeado de la Liga de Campeones.

1 minuto y 57 segundos bastaron para que el City hiciera estallar de esperanza el Etihad Stadium. El equipo, que no encontró los tres palos en los noventa minutos en Anfield, encontró la red en el primer disparo en Manchester.

Los primeros 45 minutos fueron de claro dominio del City, ante un Liverpool mucho más precabido de lo habitual, manejador de la renta del encuentro de ida. Salió Pep con todo, con tres atrás, Walker, Otamendi y Laporte, un esquema que no utilizaba desde en encuentro ante el Shakhtar en diciembre en la Liga de campeones. La defensa de tres forma parte del ADN del técnico, esquema utilizado más que como recurso de emergencia en el Barcelona, inculcado en el ideario futbolístico de Pep por la herencia de Cruyff.

Pudo el City doblar el marcador antes del descanso, pero el gol de Sané no subió al marcador a instancias del asistente. Tras el paso por los vestuarios, con Pep observando el banquillo desde la grada al ser expulsado al término de los 45 minutos por su discusión con Mateu Lahoz, el equipo buscó el segundo hasta que Salah igualó (56’).

El gol del egipcio anulaba las opciones de prórroga y obligaba al City a cuatro goles en lo poco más de media hora restante. El gol que llegó fue del Liverpool, Firmino anotó el segundo (77’) y el marcador ya no se movió.